Algunos conductores sienten incomodidad ante la Inspección Técnica de Vehículos. Aunque sus coches estén en plenas condiciones, las pruebas y sus posibles cambios suelen generarles cierta incertidumbre. Es por ello que varios han saltado al enterarse que, aparte de todas las revisiones llevadas a cabo en la ITV, se ha añadido una nueva prueba para controlar el nivel de emisiones: OBD.

Desde aquí vamos a informarte un poco sobre las pruebas OBD de la ITV para que no te supongan un quebradero de cabeza. Tal vez te sorprenda, pero no hay nada que temer. Además, no tendrán que pasarla todos los vehículos.

¿En qué consiste el sistema OBD?

Uno de los objetivos más comunes en la ITV es determinar el buen funcionamiento del vehículo. Pasar la prueba con éxito permite que no tenga que someterse a una nueva revisión durante algún tiempo. Sin embargo, durante ese periodo de espera, es posible que los filtros de partículas se saturen ante un uso intenso, contaminando el ambiente más de lo normal.

Precisamente para controlar la cantidad de emisiones que se hacen a la atmósfera es que ahora son obligatorias las pruebas OBD de la ITV. Este sistema permite saber si un coche está dentro de los parámetros permitidos, si tiene alguna avería relacionada o si la mecánica ha pasado por una manipulación no autorizada.

¿Qué coches tendrán que pasar por él?

Dadas sus características técnicas novedosas, solo tendrán que pasar esta prueba los coches más modernos, es decir, los de categoría M y N homologados para emisiones Euro 5, Euro 6 (turismos y furgonetas) y Euro VI (camiones). Para ser más precisos, los que hayan sido matriculados a partir de enero de 2011 o en enero de 2014, en el caso de los industriales.

¿Cómo funciona el sistema OBD?

Nuevas pruebas OBD de la ITV: cómo funcionan y qué coches tendrán que pasarlas

El sistema tiene una misión simple: monitorizar el vehículo mediante sensores ubicados en el motor y en otros dispositivos del coche, llevando a cabo un análisis integral sobre el nivel de emisiones. De esta forma, en las pruebas OBD de la ITV se controlan elementos asociados a las mismas, como la entrada de aire al motor o el sistema de inyección.

En realidad, no se trata de un sistema reciente, pues entró en vigor en mayo de 2018. De hecho, funciona bastante bien y cierto número de vehículos al año son considerados como no aptos tras pasar por él.

¿Qué fallos detectará?

Una vez analizadas las emisiones de un vehículo, la inspección se calificará como negativa solo si no cumple con los límites máximos establecidos por ley. Las máquinas que se encargan de hacer el análisis pueden detectar errores que los técnicos no son capaces de descubrir a primera vista.

Los dispositivos OBD hacen una lectura de gases contaminantes e identifican aquellos defectos del vehículo que anteriormente no podían ser evaluados. No obstante, los controles técnicos de los sistemas electrónicos más modernos y los nuevos niveles de emisión permitirán mejorar el nivel contaminante de los coches.

¿Por qué no hay que tener miedo al sistema OBD?

Como ya hemos mencionado, no todos los vehículos están obligados a pasar esta prueba. La revisión solo está destinada a los más recientes, es decir, aquellos que cuentan con motores novedosos y eficientes.

Si tu coche está en regla y carece de manipulaciones contrarias a las reformas homologadas que han sido registradas en el manual de la ITV, pasará sin problemas. Las pruebas OBD de la ITV forman parte del control habitual y no deberían generar temor alguno.

La prueba OBD se está realizando desde el pasado 1 de julio 

Esta prueba dejó de realizarse en las inspecciones ITV en 2020 debido a las restricciones del Covid-19 para evitar cualquier transmisión del virus. Desde el pasado 1 de julio la prueba de diagonis OBD se ha vuelto a activar a través de la entrada en vigor de una nueva versión del Manual de Procedimiento de Inspección de las Estaciones de ITV .